En el patio de su casa: una charla con Lisandro Ruiz Moreno

A veces tener “apellido” puede ser una carga pero en otras, significa continuidad. Así sucede con Lisandro Ruiz Moreno, un histórico del básquet y del Atlético Echagüe Club. Dialogamos con el capitán del plantel sobre el deporte, la vida y su trayectoria en la cancha.

La historia de los “Ruiz Moreno” en Echagüe tiene muchos capítulos y en palabras de Lisandro: “vengo de una familia donde la pelota de básquet básicamente reemplaza al chupete”. Se van a cumplir muy pronto 20 años desde que el Licha comenzó la carrera de jugador de básquet y conversamos sobre su pasión por el deporte, su vida personal, y su legado en la cancha.

Hace 34 años nació en Paraná y su primer contacto con el balón fue cuando aún lucía pañales en el vecino Club Atlético Talleres. Su hermano Leopoldo también fue jugador profesional muy conocido en el ámbito nacional, y surgió de las inferiores de Echague: “siempre ha marcado mis pasos y ha sido una guía y referencia para mí”, cuenta orgulloso.

— ¿Cuándo y cómo empezó tu historia deportiva en Echagüe?

Comienza en lo que hoy se llama U13, yo hice pre-mini y mini en el club Talleres y para cuando cumplí los 12 años me vine para el club Echagüe.

Llegado al club hice todo el camino formativo restante, ganamos muchos torneos locales y termine jugando en todas las divisiones amateurs al mismo tiempo que iba dando mis primeros pasos en el equipo profesional

— ¿Cómo llegó la decisión de dedicarte al básquet?

Yo creo que no hubo que hablarlo mucho, era lo que yo quería y para lo que me entrenaba y dedicaba tanto al deporte. Di rápidamente mis primeros pasos en el profesionalismo, a los 15 años jugué mi primer partido de Liga Argentina y siempre estuve involucrado en los equipos. Cuando termine la secundaria mis padres me permitieron dedicarme 100% al básquet profesional, antes no lo tenía permitido porque con mucho criterio jamás dejaron que priorizara el básquet sobre terminar la escuela. El resultado de esa temporada (2007-2008) a la que le dedique todo mi tiempo fue muy bueno, con 18 años jugaba minutos de calidad en un TNA que era muy competitivo. Gracias a esa temporada conseguí una beca para irme a jugar básquet universitario a Estados Unidos, donde básicamente aprendí que con esfuerzo y responsabilidad podía combinar el deporte y el estudio. Me traje eso a Argentina y me decidí a hacer la licenciatura en psicología[1].

Respecto a mi casa, es decir mi familia; debo sacarme el sombrero. Leandro, Leopoldo y Ayelen son mis hermanos que siempre estuvieron conmigo y cada uno siempre supo darme las palabras correctas para los distintos momentos que uno vive. Y mis padres Carlos y Silvia que desde que tengo 6 años van a verme jugar con un apoyo incondicional, soy muy afortunado de tenerlos conmigo la verdad.

— ¿Hace cuánto tiempo sos capitán del equipo y qué características te llevaron a ocupar ese lugar?

Esta es mi tercera temporada como capitán del equipo, entiendo que se da por una combinación de edad, experiencia, identificación con el club y mi personalidad. Es un proceso que se fue dando naturalmente donde uno aprende a priorizar bienestar colectivo sobre el individual, la construcción de primero un grupo humano que tenga una conducta tanto dentro como fuera de la cancha, tal vez si tendría que haber sido capitán a los 25 años no podría haberlo hecho porque no tenía las herramientas necesarias. El tiempo da perspectiva y sobre todo templanza para afrontar los buenos y malos momentos.

— Toda una vida en el Negro… ¿qué es Echagüe para vos?

Echagüe para mí puede dividirse en dos caminos que obviamente en un momento se cruzaron: el amateur y el profesional. Por el lado amateur es el lugar donde hice amigos para toda la vida, aprendí valores y me formé como persona y mientras esto sucedía también me iba convirtiendo en jugador profesional, aprendía hábitos y responsabilidades, conocía entrenadores, jugadores, extranjeros y viajaba por todo el país. También aprendí a tramitar los malos ratos y las desilusiones, no todos los caminos son color de rosa, pero enhorabuena que así sea, todo es aprendizaje.

También desde el oficio y mirando un poco en retrospectiva, con la camiseta de Echagüe jugué todos los escalones del básquet Argentino: desde la Liga A hasta la antigua Liga B (hoy Torneo Federal). Te imaginarás que siento la camiseta como dudo alguien la pueda sentir, siempre me da gracia cuando el relator dice: “tira Ruiz Moreno, en el patio de su casa”. Y la verdad es que sí, desde los 12 años que tiro con esta camiseta y en esta cancha. Primero siendo un gurí con más ilusiones que otra cosa y luego como jugador mayor profesional que representa a su club y su ciudad, y honestamente me genera mucho orgullo y alegría el hacerlo.

— Con el paso de las temporadas ¿notas cambios en tu forma de juego y en la mentalidad deportiva?

Sí, creo que los cambios tienen que ver con las lecturas del juego y comenzar a priorizar lo colectivo sobre lo individual. Cuando uno es joven quiere comerse el mundo y cree que puede hacerlo sólo. Después te das cuenta que se esconde una enorme satisfacción en el éxito colectivo, el tiempo también te enseña a hacer pausas, tanto dentro como fuera de la cancha, en las relaciones humanas y en el trato con tus pares. Todo eso hace al clima del equipo y en mi caso también a mi rol como capitán.

— De todas las campañas donde pudiste participar ¿cuál recordas con más cariño y por qué?

Y vamos a nombrar 3: la primera cuando era juvenil, no recuerdo perfectamente el año pero puede hacer sido 2004 o 2005. Habíamos comenzado mal y tuvimos un gran sprint final que nos llevo a meternos varios escalones en playoff. Ese equipo se identificó con la gente por la juventud y la garra, pero recuerdo de ese año la intensidad de los entrenamientos, yo tenía 16-17 años y las prácticas eran una chispa tras otra (nos dice riendo) ¡disfrutaba muchísimo competir!

La segunda que recuerdo con cariño es la 2015/2016 que llegamos a la final de la Norte, un grupo espectacular de jugadores con Titi Barsanti de DT. Ganamos una semifinal en 5o juego de visitante, en la última pelota. ¡Hasta el día de hoy la recordamos! La localía de Echagüe en esos playoffs fue impresionante: el estadio lleno y la gente súper metida, todavía me pone la piel de gallina cuando veo esos partidos; el Butta lleno debe ser de los estadios más lindos del país.

Y por último la 2020/2021, la temporada de pandemia. También un gran grupo humano, muchos jugadores de Paraná y la provincia, quedamos a un partido de terminar punteros de la conferencia Norte y batimos el récord de Echagüe de partidos seguidos ganados (10).

— ¿Cómo ves a la disciplina en general en la ciudad y la provincia?

No tengo mucha información al respecto en relación a la cantidad de jugadores inscriptos o a los resultados deportivos a nivel nacional, pero es una realidad que Paraná y la provincia respiran básquet, hay muchos equipos ahora jugando el Torneo Federal a lo largo de la provincia por lo que espero que sirva para que los jugadores más chicos tengan una competencia donde desarrollarse y continuar aprendiendo.

— Se sabe que hay menos clubes que antes y el sedentarismo está ganando adeptos cada año ¿Por qué hacer deporte, qué le aporta a tu vida ser parte de un equipo? 

Yo creo que en edades tempranas una vida en el club realizando deportes no se reemplaza por nada. Yo hace 4 años que llevo adelante un programa de mi autoría, Sembrando Huella, lo he realizado en distintos clubes de Paraná y Sta. Fe. El mismo tiene como premisa la formación integral de los chicos y chicas dentro de los clubes, brindarles herramientas para que puedan aprender mucho más que solo el deporte que practican en su paso por el club. El llevar adelante este trabajo me ha permitido ver la cantidad de problemáticas que suceden en los clubes y la cantidad de cosas que los chicos y chicas aprenden en su paso por instituciones deportivas. Es muy importante que los jóvenes tengan puntos de referencia, un horario de entrenamiento, amigos con quienes contar, profesores de quienes aprender, todo eso nos va dando una base para la vida adulta y sinceramente no hay otro lugar en la sociedad Argentina que pueda reemplazar el club, son muy importantes y por eso es que mi proyecto apunta a maximizar el tiempo y los recursos con los que cuentan los clubes para que la experiencia de los chicos sea lo más completa posible.  

— Sos un referente para los más jóvenes ¿tenes algunos concejos o tips o algo que te hubiera gustado saber cuándo empezaste y que pueda servirle a los pequeños lectores?

Que sean pacientes y disciplinados. Yo le llamo una “espera activa”, en el sentido de que mientras esperamos que las cosas sucedan hacemos todo lo que esté a nuestro alcance para que así sea, y esto es la disciplina. Muchas veces las cosas no son como queremos, no jugamos los minutos que quisiéramos o no tenemos el reconocimiento que esperamos, pero la disciplina nos va a permitir continuar por el camino correcto, mejorando todos los días, luego veremos que gracias a eso, cuando la oportunidad finalmente llego, estábamos listos. Y lo más importante, que disfruten de lo que hacen, el básquet al final del día es un juego y siempre debemos encontrar alegría en la práctica del mismo, sabemos que hay presiones y ansiedades pero siempre que suceden vuelvo a mis inicios, recuerdo cuando era pre-mini e iba a entrenar, ¿que sentía?, ¿por qué lo hacía?, eso nunca debe apagarse.

— ¿Hay Lisandro para rato o ya se piensa en el retiro?

Sinceramente no pienso en el retiro, creo que el paso del tiempo ha enseñado que con los cuidados adecuados y cierta disciplina se puede competir de igual a igual independientemente de la edad. Disfruto jugar como cuando recién daba mis primeros pasos profesionales, honestamente me gusta jugar al básquet. Seguramente cuando algo de este fuego se apague seré el primero en darme cuenta y seré sincero el respecto, jamás podría jugar este deporte con indiferencia o sin pasión, pero por lo pronto, aquí estamos y estaremos.

— Cómo ves el ánimo del equipo en general para el próximo partido del miércoles y alguna opinión sobre el rival.

Respecto al próximo partido ¡lo esperemos con muchas ganas! Pudimos concretar una victoria importante de local, tal vez finalmente pudiendo jugar de manera sólida los 40’ así que la idea es repetir lo que se hizo bien para comenzar a ganar partidos de visitante que es lo que necesitamos. Estamos en un momento de la temporada donde hay que ganar partidos así que vamos a dar todo para que así suceda.

Villa San Martín es un muy buen equipo, se han armado para estar en los primeros puestos y tienen una localía fuerte; pero nuestro desafío es ir a competir en todas las canchas y ser inteligentes en los cierres de juego para lograr victorias.

Pisando las dos décadas de profesionalismo y amor por la naranja, Lisandro es uno de los deportistas emblema del Atlético Echagüe Club. Con mucho más que puntos para ofrecer a un club anclado en lo social y con un patio enorme para seguir formando muchos «Lichas».

El próximo partido del Negro será visitando a Villa San Martín en Chaco el 7 de febrero. El tricolor está séptimo en la tabla de posiciones en la conferencia Norte y viene de una derrota de visitante en suplementario. Por su parte Echagüe intentará cambiar su imagen lejos de casa.


[1] Lisandro está terminando la Licenciatura en Psicología en la Universidad Autónoma de Entre Ríos (UADER)

Con «Leito» de 4 años, fruto del amor con su pareja Emilia y otras fotos.