El jugador de Esperanza, Santa Fe, tiene 34 años, está casado hace 10 años y aseguró que “la propuesta de Echagüe, jugar cerca de casa y en un club con historia, la verdad que era el combo perfecto”.
Oprandi empezó a jugar al básquet cuando tenía cuatro años, “el primer día del jardín de infantes, cuando volví, me llevaron al Club Alma Junior que quedaba a la vuelta de mi casa, no jugué a otro deporte”.
Su carrera basquetbolística arrancó desde pequeño, “a los 16 me llevaron a un campus a Gimnasia de La Plata, a la semana volví y ya me habían confirmado, así que en 2002 me fui para allá y por un tema de lesiones en los jugadores mayores de La Liga entré a jugar yo porque justo los dos bases se habían lesionado”. Si bien actualmente no está jugando de base, el jugador afirma que ha jugado en esa posición gran parte de su trayectoria.
A pesar de haber jugado con la albiceleste en el mundial Sub 21, Oprandi recuerda un partido con Hispanoamericano con gran fervor, “era el quinto partido contra Barrio Parque, no había un mañana, podíamos ascender, ya había jugado otra final pero no se me había dado y ahora estaba la posibilidad nuevamente, no estaba en los planes de nadie llegar a esa instancia, se formó un lindo grupo y logramos ascender, fue muy lindo”.
La trayectoria que tiene lo llevó a conocer muchas personas, como a Juan José Barea, actual jugador de la NBA, y también a ganar experiencia, “arranco mi temporada número 18 y quiera o no te da algo, te va cambiando cosas, yo siento que fueron pasando los años y fui adquiriendo una experiencia que puedo volcar en la cancha”.
Respecto a la propuesta de jugar en el club dijo: “si bien no había pensado anteriormente venir a jugar acá uno conoce a Echagüe, conoce lo que es para la categoría y para el básquet argentino; vine muchas veces a jugar y lo sufrí por el tema de la hinchada, es un club con una localía fuerte”, además jugar en Paraná le da la posibilidad de estar cerca de su familia, “en esta etapa de mi carrera estoy buscando quedarme cerca de mi casa, jugué muchos años en el sur y esta vez quería quedarme cerca”.
La temporada de Liga Argentina ya comenzó, “luego de estos dos partidos nos sentimos bien, nos engranamos más jugando estos partidos que en la pretemporada, porque ahí tuvimos algunas ausencias y no pudimos jugar completos; eso hacía que el equipo no se ensamble del todo, todavía no lo hizo, el torneo es largo y va a haber cosas buenas y malas, pero es un lindo grupo humano con el que te dan ganas de venir a entrenar todos los días para seguir creciendo”.
Un buen grupo de trabajo es fundamental, “con Chachi nos llevamos muy bien, es un entrenador que se apoya mucho en nosotros, los más grandes, porque quiere sacar esa experiencia que podemos dar; tratamos de acoplarnos siempre a la idea del entrenador, es el jefe nuestro adentro de la cancha y debemos respetar sus ideas”.
Por último el jugador dejó un mensaje para todos los deportistas del club, “esfuércense y tomen el deporte como es, si llegan o no a vivir de esto es consecuencia del trabajo realizado, pero si no llegan a ser deportistas profesionales no se tienen que frustrar porque el trabajo que hagan entrenando lo van a usar en la vida también; el formar un grupo, entrenar, ser parte de un equipo, hace que uno sea solidario, que te preocupes por el compañero, claramente elegimos un deporte en conjunto y eso nos ayuda, a mi particularmente me ayudó en mi vida personal, capto muchas cosas del básquet para lo que es mi vida”.